jueves, 31 de diciembre de 2015

Una parte tuya ha marcado para siempre mi corazón.

Me voy. Sabía que algún día tendríamos que decirnos adiós, pero no pensé que fuera tan pronto. Pienso que ha llegado el momento de que cada uno de los dos siga con su camino. No quiero que te eches la culpa, que creas que me voy por ti o pienses que no me has hecho lo suficientemente feliz. No es nada de eso. Quien tenga la culpa es lo que menos importa después de todo. Simplemente siento que todo en esta vida es un ciclo y que lo nuestro ha llegado a su final, que hace algún tiempo dejó de haber un 'nosotros', para convertirse en un 'tú y yo'. No olvides que aunque yo ya no esté a tu lado, una parte tuya ha marcado para siempre mi corazón. Y recuerda que desde el principio te he querido profundamente.

Hasta siempre, mi amor.


No podía mantenerme de pie, así que acabé recargándome en el borde de la cama. Trataba de encontrar alguna manera de sostener todas las lágrimas que intentaban salir, ¿pero acaso un huracán se detiene, o por el contrario, arrasa con todo a su paso? Por primera vez sentí que mi corazón se rompía, se hacía pedazos y no tenía ni idea de cómo repararlo. Y sabía que aunque cerrara los ojos con todas mis fuerzas, cuando los abriera él no estaría ahí, quería que todo fuera un sueño, aún quedaba un poco de esperanza en mí que me decía que nada de esto era real. Pero sabía perfectamente que lo era. Que él ya había tomado su camino, y que yo no formaba parte de él. Que lo único que me tocaba era seguir adelante, sin él, porque desde hace mucho me encontré sin su amor... Y probablemente alejarme de esto, fue lo mejor.
extrañando: sus tonterías,
todas esas llamadas inesperadas que me dejaban sin aliento,
escuchar un «te quiero» suyo antes de irme a dormir,
leer sus párrafos que me hacían sentir que era la única,
sus manías extrañas de demostrarme su amor. 
Y entonces me di cuenta de que todo eso que tuve con él, jamás iba a volver a tenerlo. 



"Me gusta cómo se cuentan las historias que ya no duelen".

jueves, 8 de octubre de 2015

9x8

En la escuela te enseñan cómo multiplicar 9x8, te hacen leer El Principito y memorizar los primeros 10 artículos de la constitución. Pero no te enseñan cómo dejar de amar a alguien que ha dejado de amarte, o cómo lidiar con derrotas cuando un amigo se va sin decir adiós, o cuando un pariente muere porque el cáncer se comió su cerebro. En casa he aprendido que el alcohol puede hacer tantos problemas como los que resuelve. Y se siente tan bien dejar que mi garganta se queme en lugar de mi corazón y no prestarle atención a los problemas en mi cabeza que yo no podía resolver. Porque dejemos de ser ingenuos, la vida no es 9x8, mucho menos 0x0, y tampoco es la forma en que los autores describen a sus personajes en una historia. Son esas noches que permaneces despierto por extrañar mucho a alguien. Deseando que las cosas sean diferentes y al día siguiente te das cuenta de que no se puede y entonces es cuando te levantas después de estar abajo por tanto tiempo. Porque de ESO se trata la vida, pero nadie puede enseñarte eso, nadie puede ayudarte cuando estás en duelo, cuando extrañas tanto a alguien que sientes un dolor insoportable en el pecho. Porque todos dicen que necesitas apoyo, pero la verdad es que del único que depende estar bien es de uno mismo, 

domingo, 6 de septiembre de 2015

Pero todo tiene una razón. La mía, simplemente, era que te amaba.

Me dejé llevar por ti. Por tus gustos, por tu carácter dañado que quería reparar, por lo que había tras esa caparazón que no dejabas que nadie rompiera, y tantas otras cosas más. El tiempo contigo era feliz. No particularmente increíble, y quizás ahí debí haber dicho “no más”, y debí ser prudente. Pero me encontraste en una época en la que no temía a nada, y mi juicio estaba nublado por mis nuevos aires de libertad, porque al fin estaba moldeando como yo quería ser. Y por eso, probaba un poco de todo, y te terminé probando a ti.
No puedes negar, ni yo puedo hacerlo, que todo iba bastante bien. Tú lo sabías, sabías que algún día me iría sin más. Que lo que nos estaba pasando no era suficientemente denso, ni real, ni comprometedor. Pero yo estaba demasiado relajada, y sólo te decía que todo estaría bien y podías confiar en mí. Aún si digo todo esto, sé que sentí cosas por ti y que me dedicaba a conocerte y lo disfrutaba. Nunca fue mi intención no estar en el mismo nivel en lo que podríamos haber llamado una relación, pero simplemente seguí con el guión que teníamos y compartiendo en un mundo totalmente nuevo al que yo conocía.
Pero tus celos y la energía que emanaba de ti me sofocaban. Porque aunque nos hayamos gustado, ninguno era para el otro. Yo estaba siendo demasiado relajada y dejaba que todo fluyera, pero tú necesitabas seguridad. Quizás nunca lo entendí. También me habían dañado antes, y solo pude darte la sinceridad que sentía en el momento, pero no era suficiente, y me terminaste encerrando en cuatro paredes, pues no querías a nadie más cerca de mí. Y me frustre demasiado, huí varias veces regresando, pero la última no pudiste... y tal vez no pude más.
Después de mucho volví a escribir y lo hice por ti, constantemente me incitabas a hacerlo, y estoy aquí una noche más dedicándote esto. Cariño, gracias por enseñarme tantas cosas, gracias por mostrarme que a veces no todo lo que deseas se hace realidad, que a veces somos nosotros mismos los que tenemos que salvarnos. Muchísimas gracias por hacerme perder a mí misma e irónicamente estar allí para ver cómo me reencontraba, no con mi
antigua yo, sino con una yo más profunda, más valiente, menos superficial, pero con la misma esencia de niña loca que se enamoró de una sonrisa que no era para ella. Quiero decirte que aunque todavía trato de sacar lo mucho de ti que dejaste aquí dentro, no eres indeleble y paso a paso puedo borrar tu recuerdo que hace tiempo pensé habías marcado en mí como un tatuaje, pero hoy comprendo, que incluso los tatuajes se pueden eliminar. No quiero que me malinterpretes, tampoco puedo reclamarte por no amarme como merecía, no se puede pedir a las personas que sientan algo que no pueden sentir, eso también lo aprendí gracias a ello. No puedes mendigar amor, eso ahora lo tengo presente cada día, solo puedes dar lo mejor de ti y amar, ya verán los otros si te aman o no. Te deseo lo mejor, perdón por haberte culpado de tanto, sabiendo que yo también fui culpable. Solo sentía que eras el peor, pero no lo eres, eres maravilloso, no puedo olvidar tantas alegrías y tanto apoyo. 
La distancia tampoco lo hizo fácil, pero aun así pienso que lo fácil aburre, y que lo difícil engancha. Fue fácil tenerte, pero difícil engancharme, pero cuando lo hice no pude dejar de quererte, porque querer no es fácil y si quieres no te aburres. Y ahora, que no te tengo, que me dijiste que te habías cansado, me doy cuenta de que a lo mejor te lo puse demasiado fácil, la culpa fue mía, no de nadie más, por no complicarlo todo un poco y hacer que te engancharas. Como yo. Que no confié en ti, decías. Pero todo tiene una razón. La mía era, simplemente, que te amaba.

viernes, 31 de julio de 2015

Tal vez en otro espacio y en otro tiempo...

Sabíamos muy bien los dos que nunca estuvimos exentos de podernos enamorar de alguien mas o de tener la oportunidad de salir y conocer a la persona que queríamos encontrar 
Para nada esto me enoja, ni me entristece, pues nunca he sabido lo que es extrañarte como pareja o novio, yo únicamente te extraño por la persona que eres, por todo lo que conlleva tener una relación de cualquier tipo contigo, y te quiero porque gracias a todo lo que sucedió entre nosotros puedo entender que no siempre lo que mas deseas es lo que vas a obtener, porque puedo admitir que me he hecho mas fuerte o ya estoy mucho mas prevenida con lo que pueda a llegar a pasar en mis relaciones futuras, porque tampoco soy capaz de odiar a una persona que lo único que quiere es estar con una persona que le pueda hacer feliz, lo siento por no poder haber sido yo, porque todo entre nosotros en vez de progresar nos fuera destruyendo poco a poco, no solo a nosotros, incluyendo nuestro entorno y nuestras relaciones con la gente que nos rodea.
No te odio, simplemente odio las circunstancias que hicieron que lo de nosotros no pudiera funcionar .
Y como te mencioné, tal vez en otro espacio y en otro tiempo porque créeme que lo intente y puse todas mis ganas y todas mis ilusiones.
De cierta manera no quiero verlo como un final porque inclusive cuando sabemos que nos vamos a decir adiós todavía somos capaz de sonreírnos.
De cierta manera te entiendo, a todos nos ha dado miedo que nos quieran, y quizás tu no pudiste entender que te quería, que en realidad te quiero, a lo mejor era confuso para ti que alguien se entregará tanto en poco tiempo, por qué quién demonios nos está midiendo el tiempo?
Te juro que ensaye tanto lo que te iba a decir esta semana, lo tenía memorizado justamente  para eso, para no sentir, pero te sentí vulnerable, en tu voz sentí algo que no me quería decir adiós, y que a lo mejor estaba pensando en un ojalá no me arrepienta de esto o tal vez pensabas en ojalá cuando me arrepienta todavía quiera estar conmigo, pero yo respeto que no sea nuestro momento.
Y créeme no son lagrimas de tristeza, son lagrimas como queriendo decir lástima, de aquí no es, de aquí no fue, lagrimas de voy a extrañar a un amigo, a un cómplice.
Fue una forma también de agradecerle a la vida a dios de haberme cruzado a tu vida, porque contigo conoci mi esencia detallista, amorosa que pensé no tenía...

miércoles, 24 de junio de 2015

¿Qué pasa con el corazón?

¿Qué pasa cuando querer a alguien se hace un hábito? ¿por qué nadie me enseñó a curar un corazón roto? ¿por qué nadie me advirtió que a veces la persona que menos esperas que te lastime es la que tiene el arma en mano? Me gustaría que las cosas fueran fáciles cuando se trata de ti. Me gustaría poder sacarte de mi cuerpo y de mi mente, sacarte de mi ser.
    ¿Cómo te saco de mi corazón? Nadie ha creado un desinfectante para las heridas de éste, pero más les vale que lo hayan hecho cuando mi hija tenga 16 años y experimente esto. Pero el día de hoy no sé cómo arrancar tu nombre de él, no sé cómo desvanecer el rastro que dejaste, y definitivamente no tengo ni idea de cómo evitar esas sacudidas entre latidos cuando escucho de ti.
   ¿Cómo te exhalo de mis pulmones? No se ha inventado algún artefacto que los purifique por completo. Aunque leí en algún artículo que con el tiempo llegan a estar mejor, nunca vuelven a ser perfectos. Espero que pase lo mismo con mi vida sin ti, que en algún momento me sienta mejor. Lo único que sé es que ahora no respiro nada más que las flores que me diste, marchitadas, al igual que nuestro amor.
     ¿Cómo te expulso de mis ojos? No importa cuántas gotas de manzanilla me eche, lo único que veo es tu recuerdo. Veo tu sonrisa de oreja a oreja cuando te dije que te amaba por primera vez. Veo tus ojos evadiéndome cuando lo único que necesitaba era una mirada que me hiciera cambiar de parecer. Eres como esa pestaña intrusa dentro de mi ojo, que a pesar de las molestias y de todas las lágrimas, por alguna extraña razón no me atrevo sacar. Tal vez sea porque el ardor hace que mis ojos se vean un poco más brillantes. Tal vez porque a ti te gustaba como lucían así. 
     ¿Cómo te saco de mis oídos? No puedo dejar de escuchar tu risa, tu risa nerviosa, tu risa fingida, tu risa vergonzosa, tu risa cínica... Nunca pensé que alguien podría tener tantos tipos diferentes de risa y nunca llegué a saber cuál era la verdadera, pero espero que haya sido esa cuando me llamabas "mi amor". Me gustaría quedarme sólo con esa parte de ti, en lugar de repetir una y otra vez en mi mente las promesas que no cumpliste... Y es que, sonaban tan bien saliendo de tu boca que podría jurar que hubieran engañado al detector de mentiras. Debí haberle puesto más atención a tus cambios de voz.
   ¿Cómo te saco de mí? ¿Cómo? Si ahora formas parte de mi persona y por lo tanto decirte adiós sería como dejar morir una parte de mí y no sé si esté lista aún para vivir incompleta. Aunque, creo que antes de ti nunca me sentí completa en lo absoluto. Me parece tan torcido que alguien pueda aparecer y darle sentido a tu vida, y un día irse sin pensarlo dos veces, llevándose todo ese progreso con él. Siempre me dijiste que el que no lucha, no gana. Así que supongo que tengo que intentar. Supongo que tengo que tratar de dejarte ir. Supongo que tengo que empezar a curar las heridas. Despacio, para que no duela, y con mucha, mucha anestesia.
-Cuando tenía 10 años mi profesor nos explicó que las drogas dejaban efectos dañinos en nuestro cuerpo a largo plazo, todo por pequeños momentos de "felicidad", nunca comprendí lo que quiso decir, hasta que escuchar tu risa comenzó a doler-

martes, 16 de junio de 2015

"Espero que haya encontrado lo que buscaba"

Imagina esto. Dentro de tres años, estás en la fila del banco y de repente escuchas a alguien tararear su canción. Y recuerdas que ella decía que cantar no era su fuerte, pero nunca habías escuchado una voz tan bonita, ronca y dulce a la vez. Te encantaba que te cantara todas las mañanas; su voz junto la tuya. Comienzas a preguntarte qué cantará en la ducha hoy en día, qué escuchará antes de irse a dormir. Te preguntas quién escuchará sus pláticas nocturnas sobre la vida, o quién la consolará en esos días de lluvia.
Imagínate esto. Dentro de siete años, estás sentado en una casa grande, con una cerca blanca y un jardín con columpios. Hace años jurabas que ibas a estar viviendo en una gran ciudad con ella a tu lado, pero las cosas salieron mal y viste cómo se te escapaban todos esos planes de las manos, mientras ella se iba de tu vida, porque nunca tuviste la fortaleza para pedirle que se quedara. Eran simplemente dos adolescentes orgullosos y tal vez con demasiadas aspiraciones.
Ves el amanecer y ves el anochecer y te preguntas si ella estará en algún lugar del otro lado del mundo como se lo proponía. "Me voy a ir de esta ciudad" decía, "no importa cómo lo vaya a hacer o a dónde vaya a ir, pero será lejos."
Imagínate esto. Dentro de veinte años, encuentras tu primera cana. Te empieza a dar ese ataque de pánico que todos se ven obligados a tener a los cuarenta, cierras los ojos y te la arrancas, sin pensarlo dos veces. Tu vida está estable por el momento: tranquila, calmada, como si por fin hubieras entendido todo. "Estoy envejeciendo", te quejas. Y en algún lugar de tu mente, te preguntas si ella estará envejeciendo también. Te preguntas si se seguirá emocionando como niña chiquita cuando encuentra el juguete perfecto, o si los años la habrán amargado y sus ojos habrán perdido ese brillo que te volvía loco.
Imagínate esto. Dentro de cincuenta años, tu cabello está todo blanco (si es que sigues teniendo). Tu bastón es el único amigo que te queda y los recuerdos vienen y van dentro de tu cabeza, como las nubes en el cielo. La mayoría de los días no puedes ni recordar lo que desayunaste, y hay veces que te lastima el respirar. Es en esos momentos, cuando te duele el pecho y tienes que sentarte, que la recuerdas. Piensas que es cierto, que uno nunca se olvida de las personas que se amó realmente. No eres capaz de recordar el clima de ayer, pero recuerdas claramente esa tarde de invierno y cómo te quejabas de sus preguntas absurdas cada 10 segundos "Me pregunto si es feliz", dices en voz alta, y la gente a tu alrededor cree que estás divagando sin sentido. "Espero que haya encontrado lo que buscaba."
-No dejes que te lleve toda una vida darte cuenta de lo que importa-

jueves, 11 de junio de 2015

Súplica

Posiblemente no leas esto hasta llegar o hasta mañana, probablemente voy a volver a quedarme corta con las letras, con las pocas palabras que puedo hilar en una conversación en la que trato de impresionarte con lo mucho que sé de nada. Quiero que te quedes, tal vez es algo prematuro pero me dijiste que la intensidad era primordial y aquí estoy, tratando de que me leas como yo te leo, tratando de explicarte que tal vez no funciono muy bien para la vida diaria pero al menos sé que logro querer con todo lo que puede llamarse bonito. Probablemente se te pase la emoción de conocerme y pronto dejarás ese vicio de hacerme preguntas cada 3 minutos porque quieres saber exactamente lo que pasa por mi cabeza, pero quiero confesarte que no soy mujer de rato y que si un sentimiento llega lo invito a quedarse hasta que decida cambiar de dueño, no soy mujer de amores esporádicos pero sí de los espontáneos.
Quiero que sepas que si hay muchos motivos que me hagan escribir quiero que tu boca se vuelva mi obra maestra y tu cuerpo el poco legado en tinta que pueda dejar a este mundo. Quiero pedirte que si el gusto me dura ahora o para nunca, no dejes de ser eterno, no dejes esa perfección que se volvió un grave error para mi moral, no dejes de ser el libro que siempre cargo a todas partes, jamás dejes de ser esa constancia que me hace sonreír en los momentos menos apropiados, quiero pedirte que si en algún punto decides cambiar, que sea sólo para volverte mío y no un olvido.

lunes, 8 de junio de 2015

Amores improbables.

Lastiman más los amores improbables que los imposibles; los que pudiendo ser, no fueron; los que se contemplan desde lejos, tan carentes de valor y sobrados de orgullo, sin consumirse y menos aún consumarse. Tan mediocres y efímeros.
Tú probablemente eras de aquellos.
Pero no me importaba, porque te quería.
Enamorarse no tiene mérito alguno, amar sí. Lo primero es la química y el destino; lo segundo es el tiempo, lugar, la decisión y albedrío.
No te amé jamás, pero nuestra improbabilidad me dolía, entonces me importabas.
Y cuánto y cómo duele.
Te supe durante dos estaciones, también para siempre, sin entender que ninguna eternidad promete. Por el contrario, entregarlo todo en un “por ahora” es la mayor muestra de fe. Te di todos mis presentes. Reír contigo y que el mundo nos importe un sano carajo era una manera indirecta de hacerte el amor.
Te quiero con la inestabilidad que me caracteriza, la soledad y melancolía que no logro domesticar, con toda esta ternura y fragilidad que en 16 años a nadie más que a ti supe demostrar, con el enojo en mis entrañas, mis impulsos, con el pelo siempre alborotado y la ropa de hace 3 días: ¿Ahora entiendes por qué me asusta que digas lo perfecta que te parecía? Porque no lo era, porque no lo soy, porque no soy el tipo de mujer porque la que una persona como tú compra un boleto de avión para cruzar el país y porque sé que no me eliges, y yo tampoco lo haría. Sucede que alguien que te quiere no te elige porque ni siquiera existe una segunda opción. O al menos así debió de haber sido.
Y las canciones que te dediqué eran una mamada, y las veces que te marqué llorando también, porque no nos quedó de otra, porque estabas lejos y porque la única forma de sentirnos cerquita era hablando por skype, así te quise a deshoras y a destiempo, entre tus tormentas y las mías que eran multiplicadas por 4. Éramos el eterno vaivén entre las chingonerías y las chingaderas que nos sucedían cada día.
Te quise como se quiere a lo que nunca se va a poder tener, con el corazón.
Te quise la única mañana que despertamos "juntos".
La única vez que no he odiado despertar.
Me quise tuya, incluso improbable.

jueves, 14 de mayo de 2015

Recuerdos encontrados.

Años después de que tus heridas hayan sanado, mientras buscas un libro que habías perdido, o tu ensayo de Historia, te topas con una foto de ella entre tus brazos.
Sale sonriendo a la cámara y tú sales mirándola como si no hubiera nada más en el mundo.
No puedes evitar sonreír al ver la forma en que sus manos se envuelven en tu brazo y de repente, el aire alrededor de ti se siente más frío que antes.
Y piensas, todo era tan natural en ese entonces.
A veces todavía puedes percibir el olor de su perfume y te gustaría que te llevara hasta ella.
A veces, cuando nada está bien, piensas en ella, en cómo su sonrisa eliminaba cualquier problema.
Ella era lo único de lo que estabas seguro, lo único que te hacía sentir bien, lo único bueno en tu vida.
Empiezas a tararear su canción sin percibirlo y mientras guardas la foto en donde la encontraste, te das cuenta que para ti, ella es el significado de la palabra amor.
Siempre lo fue.
Siempre lo será.

lunes, 11 de mayo de 2015

Quiero admitir otra cosa.

Tenía que escribir lo que estoy a punto de escribir ahora y siento que si no lo saco en este momento simplemente voy a seguir escribiendo de los mismos temas y dando lástima en un ciclo infinito. Probablemente esto va a carecer de estilo literario, pero si no lo pongo tal cual está saliendo de mi cabeza no creo que vaya a funcionar. Sí,  no sé cómo estar sola, he estado en relaciones desde que tengo memoria y sé que es triste admitirlo, me he enamorado de cada idiota que ha hecho de mi vida una mierda, pero al final no me importa, porque yo elegí enamorarme de esos idiotas y en algún punto, también elegí hacerlos felices. Sé que comparado a todas las ideologías de ser feliz y saber amarte a ti mismo y saber lo que es estar en una relación sana, lo que estoy diciendo suena al discurso de una loca necesitada que sólo sabe pasar vergüenzas después de cada error de hombre que sólo ella sabe cometer una y otra vez, sé que probablemente sueno como a una pesadilla, pero lo admito, mi talento es querer sin esperar nada de regreso, mi talento es morirme por alguien, aunque  últimamente han sido personas que no saben regresarlo. Te lo advierto, voy a decir todo lo que estoy pensando y quizás apliques tu juicio y veas que el error soy yo y…sí, el error soy yo. Mi talento es tratar de hacer felices a los demás, de desvivirme por el placer de los que quiero porque debo admitir que si me importas un carajo simplemente ni un carajo es lo que haré por ti, ni siquiera me importará lastimarte porque tengo el corazón reservado para los demás.
Ahora admitido lo anterior también quiero admitir otra cosa, fuiste lo más cercano a lo que creí que alguien me correspondería, había veces en las que no te importaba un carajo, cambiabas planes y  había un problema enorme con tu prioridad de planes, eras inmaduro y te costaba dar libertad, pero fuiste el 80% de las cosas que soñé, un intenso desde el principio, pláticas absurdas en las madrugadas, sueños sobre el futuro. Me hacías levantarme más temprano porque querías que te viera tocando piano, me hablabas antes, durante y después de la escuela, una llamada antes de dormir y eras al primero que le contaba todo sobre los días. Llegó un punto donde podíamos hacer de todo y platicar de lo que fuera pero…nos desconocimos, de repente ya no sabíamos lo que queríamos y moríamos tanto por vivir otras cosas que hacíamos de todo para no estar juntos y lastimarnos, ya cualquier cosa nos enojaba porque siendo honestos hay un mundo enorme allá afuera y no sé qué harían con alguien tan increíble como tú…Se volvió una guerra y yo ya no podía con ella, decías cualquier cosa para lastimar porque conocías mis puntos pero al final te arrepentías y volvías y volvimos de todo esto nuestro pequeño infierno. Mi talento era amarte, en contra de todo pronóstico en contra de todos y de cualquier definición de amor sano o “correcto”, ese era mi talento y lo sigue siendo, escribirle a alguien, morirme por alguien, porque querer no es una cosa que se haga medias y dios…no podría tratar a las personas como objetos, lo he intentado, lo intenté porque al final mi madre me lo ha dicho “tiene material para escoger” pero yo no quiero escoger, quiero voltear un día y ver al hombre del que me voy a enamorar, porque así soy y siempre he sido, estaré con la persona el tiempo que me dure el sentimiento pero durante ese tiempo voy a querer a la persona como ninguna otra voy a lograr un estándar en el amor y aunque no me quiera de por vida voy a lograr que esa persona quiera querer al amor de su vida de la misma manera en que yo lo hice y viceversa, porque para mi no existen los amores imposibles…sólo los que nacen de un momento o nada. Voy a hacer lo que se me de la gana, y si querer de esta manera es lo que quiero…eso lo voy hacer, porque es lo que mejor se me da.

viernes, 24 de abril de 2015

Dos tipos de amor.

"Hay dos tipos de amor: Incondicional y condicional.

Tú lo amas incondicionalmente. Esto quiere decir que él podría convertirse en lo que sea, decir lo que quiera, hacer cualquier cosa y tú lo seguirías queriendo. En resumen, tú siempre lo vas a querer, sin condiciones, sin importarte nada y también a sus defectos.

En cambio, la forma en que él te ama es condicional. Él te quiere con sus propios términos y bajo ciertas condiciones. Sólo está enamorado de las partes de ti que lo benefician. Y eso no es amor, simplemente aparenta serlo."


martes, 17 de marzo de 2015

Gracias, incluso a la distancia.

Te veo en todos lados, te encuentro en cada persona, y yo un día pedí que me encontraras en todo lo que ves, que puedas mirarme de frente, sin mencionar ni una palabra, porque sabes que aún así, en silencio; te sentirías entero, que puedas abrazarme cerrando los ojos y ojalá pensaras que estás en el lugar correcto y que no deseas irte jamás. Te deseo todo eso porque a mí me pasa, me pasa escuchar tu voz más de lo que escucho a la gente hablar, ver tu cara en lugares improbables, tratando de adelantar el tiempo para que por fin estemos juntos sin ya nunca pedir más.
Me haces darme cuenta que no hay nadie igual, que no habrá nadie que me enseñe lo que tú me has enseñado, que jamás habrá alguien a quien pueda querer con la magnitud que a ti te quiero.
Y porque sé que aún faltan todas esas promesas que hay que cumplir, y vale la pena aferrarse a eso, como vale tanto la pena aferrarme a la persona que sabe que mis flores favoritas son las margaritas, que no pierde ningún detalle cuando hablo y que todos los días es capaz, aún estando a distancia, hacerme sentir completa.